A la caza de la falacia

Una falacia es un argumento que parece que es correcto pero que no lo es. La Lógica ha clasificado multitud de tipos y si estamos atentos podemos encontrarlas en nuestras conversaciones cotidianas, en los discursos de los políticos y personajes públicos y tras muchas creencias populares. De hecho, son el tipo de error que impiden que tenga lugar un diálogo racional.

¿Una vez apelaste a San Cucufato para encontrar las gafas y al segundo las encontraste? Quizá después te sentiste seducido por la falacia post hoc…

Esta falacia o error argumentativo consiste en creer que si B (encontrar las gafas) ha sucedido inmeditamente después de A (plegaria a San Cucufato), A es causa de B. Ciertamente muchas personas establecen una conexión causal de este modo, obviando que si bien la sucesión en el tiempo es una condición necesaria para establecer una relación causa-efecto, no es condición suficiente. Este error se encuentra en la base de muchas supersticiones.

Por ejemplo, una vez un alumno me dijo que creía que gracias a que había evitado pasar por debajo de una escalera antes de entrar a un examen había obtenido una buena nota (cuando no era lo habitual). Había establecido uno nexo causal sólo porque una cosa había sucedido después de otra, sin tener ninguna otra prueba de relación entre estos dos sucesos.

No obstante, a veces atender a la mera sucesión entre dos fenómenos puede ser razonable. Por ejemplo, si como marisco y al segundo me salen manchas en la piel no es irracional sospechar que lo primero podría ser causa de lo segundo, pero una cosa es tomar algo como base para la investigación y posterior verificación y otra establecer una conexión causal. Para evitar caer en esta falacia simplemente no adelantes conclusiones e investiga si realmente tienes buenas razones para pensar que dos sucesos están relacionados.

2 pensamientos en “A la caza de la falacia

Deja un comentario