Atrévete a jugar

Este fin de semana asistí, junto a otros compañeros de Filopraxis, a un taller de Óscar Brenifier organizado por Asepraf en la Fundación Cencillo. Solo pude participar el sábado (duraba hasta el lunes) pero puedo afirmar que la experiencia dió de sí. Quien lo conozca sabrá a lo que me refiero. Desde luego este filósofo francés no deja a nadie indiferente.

No voy a detenerme en escribir una reseña del evento  ni a explicar la práctica de Óscar Brenifier (animo a quienes quieran conocerla a consultar su página web, allí encontrarán videos y textos) pero sí quiero destacar algunas cosas (que realmente solo alcanzaran sentido completo para quien ya lo conozca).

La primera, relativa a mi experiencia personal. Solo hablé directamente con él un par de minutos, a raíz de la ejecución de un ejercicio sobre el establecimiento de antinomias, pero, aunque resulte difícil de creer, el brevísimo diálogo que mantuve con él (durante el cual siempre procedió con preguntas, como es su norma) resultó revelador. En unos segundos pasamos a hablar del ejercicio en particular a apuntar algo sobre mi pensamiento en general, que además resonaba en aspectos concretos de mi vida actual (lo que él llama el «eco»), y todo ello sin entrar en nigún tipo de información adicional.

Ciertamente me doy cuenta de que la «ilusión de síntesis» detectada a través de ese diálogo no se reduce al ejercicio que realizamos, sino que es un obstáculo que puedo reconocer en mi forma de pensar en general. Para una mayor claridad de esto que os cuento, os copio la definición que él da  de este error del pensamiento en la colección Aprendiendo a filosofar, publicada por Ediciones del Laberinto:

«Ilusión de sítesis: rechazo a considerar por separado dos o más componentes de una idea manteniéndoles en una unidad artificial, lo que no impide evaluar de maner adecuada la dimensión conflictiva y formular un problema que se encarga de diversos aspectos. Resolución superficial de una contradicción.»

Otro punto que me gustaría destacar es su llamamiento a jugar al juego del pensamiento. Ante las muchas resistencias de algunos, animaba a salir de la incertidumbre paralizante, de la ausencia de participación, del miedo a hablar y a renunciar a nuestros esquemas conceptuales y traía a la memoria esta escena de los Monty Python que reproduzco.

– ¿Juegas al tenís?

– No

– ¿Ni al futbol?

– No.

– Pues deberías. Piensas demasiado. Venga, juega, toca el balón!


A propósito de Achenbach

En Filopraxis, seguimos con nuestras lecturas. Este mes estamos leyendo Introducción al asesoramiento y la orientación filosófica, de José Barrientos y he pensado en trasladar al blog los comentarios que me va suscitando, dado que de esta manera posibilito conocer opiniones de personas ajenas al grupo. Recientemente he recibido aportaciones de desconocidos dotadas de un sorprendente sentido.

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Gerd B. Achenbach (pp. 41-62)

Según lo describe J. Barrientos, G. B. Achenbach defiende el método «beyond-method» (el método más allá del método) en el ejercicio del asesoramiento u orientación filosófica. Con ello niega el aprendizaje estandarizado: cada consultor debe crear y desarrollar sus propias categorías y técnicas, particularmente a raíz de su encuentro con el consultante. Se trata, dice, de ser un artista, no un restaurador (ni un crítico de arte ni un historiador, podríamos añadir). De esto no se deriva la carencia de fuentes o el desconocimiento de los métodos filosóficos, sino la posibilidad de poder apelar creativamente a una variedad de perspectivas, métodos y técnicas.

Desde mi punto de vista, este eclecticismo metodológico no supone, por sí mismo, un problema, máxime teniendo en cuenta la ausencia de diferencias en la efectividad en los distintos modelos de psicoterapias y relaciones de ayuda, dato que, sin versar específicamente sobre el Af, a mi entender resulta esclarecedor.

Estas consideraciones sobre el no-método achenbachiano, por otro lado susceptible de crítica por motivos en los que no me detendré hoy, me reafirman en la intuición de que la práctica del Af debe ser el fruto de un proceso de maduración personal, de un recorrido filosófico y existencial encarnado en la propia vida. En esto, el Filósofo Asesor se aproxima a los filósofos antiguos que, como magistralmente ha expuesto Pierre Hadot, concebían la filosofía como modo de vida, y no solo como actividad teorética, significado al que se vio generalmente reducida después. Por esta razón, entiendo que las prácticas filosóficas, el asesoramiento, el diálogo y los talleres filosóficos deberían ser una consecuencia natural que acompañe a la propia «vida filosófica» (concepto que, por otra parte, no se me pasa por alto que habría que dilucidar). Creo que sin ese primer elemento de compromiso personal no hay nada original ni sustancioso. El desarrollo de técnicas y métodos vendría después, o incluso de modo simultáneo, pero su aprendizaje estandarizado, practicado por las vías  didácticas habituales, y su profesionalización no asegurarían la experiencia de este origen instransferible, sin la cual la labor de filósofo asesor no solo quedaría desvirtuada, sino que también acabaría convirtiéndose, en mi opinión, en algo impracticable.

Me quedo con ganas de conocer ese «segundo Achenbach» orientado hacia el arte de vivir y la sabiduría del que habla Barrientos al final del capítulo, ya que cada vez me siento menos próxima a la definición del asesoramiento filosófico como resolución de problemas y más interesada en una concepción más amplia e incluso desprofesionalizada de la Práctica Filosófica.

Aviso a navegantes: Taller de Asesoramiento Filosófico con Ran Lahav

Desde Asepraf me ha llegado la noticia de que próximamente se va a realizar un taller en Madrid con el filósofo práctico Ran Lahav. Copio aquí la información para su mayor difusión. Yo, si nada lo impide, asistiré.

TALLER DE ASESORAMIENTO FILOSÓFICO

con Ran Lahav

Madrid, 18-19 de abril de 2009

Constantemente interpretamos nuestro mundo a través de nuestras actitudes hacia nosotros mismos y hacia los demás. Esto nos ayuda a manejar las situaciones cotidianas, pero también nos limita en una estrecha y rígida actitud hacia la vida. El resultado es que habitualmente vivimos dentro de un pequeño perímetro o, acudiendo al símil platónico, vivimos como prisioneros en una caverna.

Pero, de hecho, somos mucho más que nuestro perímetro, que nuestra pequeña caverna. Somos más grandes que nuestros pequeños “yoes”. El asesoramiento filosófico encauza el anhelo humano básico de ir más allá de nuestros estrechos límites cotidianos. Mediante la comprensión filosófica, busca ayudarnos a expandirnos y a formar parte de una realidad más amplia.

En un taller de dos días, reflexionaremos sobre nuestro perímetro de un modo filosófico y examinaremos los modos de trascender sus límites.

Día 1: Contemplándome filosóficamente a mí mismo

Durante el primer día experimentaremos con modos de mirarnos a nosotros mismos filosóficamente y de comprender nuestro perímetro. Comenzaremos visualizando en video dos sesiones de asesoramiento filosófico, y procederemos, a continuación, a analizarlas. Luego aplicaremos a nosotros mismos las ideas básicas extraídas mediante diversos ejercicios.

Día 2: Expandiendo mi comprensión

En el segundo día experimentaremos con modos de ir más allá de nuestros estrechos límites cotidianos. Experimentaremos con comprensiones filosóficas que pueden despertarnos a una actitud más amplia hacia nosotros mismos y hacia nuestra vida.

Lugar del Taller:

C/ Pisuerga, 3

Colonia El Viso

28002 Madrid

Metro más cercano: República Argentina (línea 6) o Concha Espina (línea 9)

Horario:

18 de abril, sábado:

Tarde, de 16 a 20 horas

19 de abril, domingo:

Mañana, de 10-14 horas

Precio (a pagar al inicio del taller):

Tarifa normal: 80 euros

Estudiantes: 50 euros

Tarifa miembros: 50 euros

Miembros estudiantes: 20 euros

Información sobre Ran Lahavwww.ranlahav.net

Para confirmar asistencia: escribir a la dirección asepraf@yahoo.es poniendo en el asunto “reserva taller con Ran”

Y vuelvo a colgar un video de una conferencia de Ran que encuentro muy sugerente para un primer acercamiento (el sonido y la imagen son bastante malos, pero se entiende sin problemas; habla en inglés pero está subtitulado)